El relato que termina ( I )
Aqui teneis un relato de esos de cascar a manchar. Os lo pongo enterito para no cortaros el rollo, que yua sabéis lo sensibles que somos con esto. Hoy me encuentro inspirado y voy a escribir un relato par vosotros, los lectores, que sois unos pajeros orgullosos de ello (PODE) y que se os pone dura con unas cuantas palabrejas. Leed con atención este relato. Ahí va...
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Yo vivo en un bloque de edificios. Ese día estaba yo solito en casa. No tenía nada que hacer y estaba en mi PC al Messenger. Estaba chateando con una compañera de clase que la verdad no es una belleza, pero poco le falta. Ese día no me había masturbado, es más, me había duchado a fondo todos los pliegues de mi pene, por eso de “el día menos pensado”. Esta muchacha vive enfrente de mi calle, en verdad tres o cuatro edificios a la derecha, pero bastante cerca vamos. Aquel dia la encontraba bastante revoltosa. Se me habia insinuado por el Chat y yo estaba poniendome la mar de burro. Me dijo de ponerme la cam, yo acepté y los dos estabamos hablando cuando dijo.
-Estas solo?
-Si, se han ido a comprar una nevera nueva.
Yo también
… ok
En ese momento pronunció la frase que cambiaría mi vida por completo.
Me la enseñas?
El qué?
Ya sabes, tu pepino.
XD que hablas!
Va yo te enseño una tetita…- y se empezó a desnudar.

Allí comenzó una orgía de código binario en la que nos tocábamos sin tocarnos, nos follábamos sin follarnos y nos poníamos las botas.
Ella se estaba haciendo unos dedos, cuando paró de repente y dijo:
-Mierda, mis padres!- Quitó la cam.
-Vaya… esto es secreto no?
-Si si. Sigues solo en casa?
-Si- dije con todas mis sucias intenciones.
-Pues voy para allá
-(glup) ok.
Comencé a prepararlo todo para lo que pudiera trascender en mi dulce hogar aquella tarde. Preparé las llaves, el sofá, la cama, me puse en pantalones solo, elásticos para facilitarle la entrada, y esperé….
El timbre. El timbre está sonando. Fui a abrir y dijo su voz que la abrirera rápido. Ella subía, yo anhelaba fuertemente el deseo de follármela duro y correrme en sus pezones morenos.
Salió del ascensor, la situación era rarísima. La invité a pasar.
Ella intentó calmar la rara situación comentando con naturalidad el tamaño de mi pene, si me habían parecido gustosas sus peras, etc.
Estando los dos en el sofa, yo nerviosísimo, y ella acercándose cada vez más. Puso su mano sobre mi muslo y la desplazó hasta encontrarse con un pollote erecto que quería ver el mundo. Se rió y empezo a acariciarlo. Yo me lancé un poco y la empecé a acariciar la nalga y su cabello liso y negro. Me quitó con facilidad la parte de arriba de mi pantalón y mi pene salió del horizontal al vertical con tal fuerza que casi se choca con su carita de princesa. Se asusto graciosamente y soltó una pequeña broma. Yo intentaba llevar la situación con la mayor calma del mundo, pero ¿quien narices controla esa situación la primera vez? Empezó a tocarlo y a masturbarme con una dulzura increíble. Fue cuando soltó la siguiente frase:
-Me lo puedo meter en la boca?

Casi me corro. Era la ocasión perfecta, la erección mas potente de mi vida. Le contesté que todo suyo. ME LA EMEZÓ A MAMAR COMO UNA VERDADERA PUTA.
Se la metía y sacaba y al sacársela le daba un beso con esos morritos carnosos a la vez que gemía y jugaba con su lengua en mi capullo. Solté un gemido de placer que la hizo confiarse más. Así estuvo durante 10 minutos sin parar. Al cabo de ese rato, ya estaba aburrido de esa postura (dentro de lo que podía quejarme) y le dije que si se desnudaba.
Se lo quitó todo. MI polla casi crece otro par de dedos. Le dije que si follábamos y ella me dijo que vale que era su primera vez y que quería hacer no se que postura. Yo me quedaba sentado y ella se sentaba de rodillas encima. Cara a cara. Sobando sus berzas gigantes. Se metió la polla en su coño depilado y empezó a cabalgarme. Yo noté mi polla caliente y a gusto allí dentro. Empezmos a follar. Ese vaivén a los 3 minutos me haría correrme, y debía estar atento. Efectivamente, al cabo de ese rato, me entra la corrida, la aviso, ella se sale y pone su boca para el biberón hervido que se avecinaba como una avalancha. Me corrí en su boca. Normalmente después de esto se me hubieran quitado las ganas. Pero seguí con ganas de follarla más y más, hasta la saciedad. Le mande que fuéramos a mi cuarto. Ella aceptó ya que había una cama más cómoda. La puse de cuatro patas y empecé a porcularla. Era increíble. Su ano estaba impecable. Me había dejado llevar por la ansia y su culo estaba como la patena.

La porculé duramente hasta que me sacié de su cuerpo. Fuimos al sofá otra vez y me senté para que me hiciera una mamada de relajación. Esa zorra era increíble. Todavía quería más. Yo la dejé y me puse a ver el fútbol que daban mientras ella me la cascaba y comía . Mientras tanto me decía que esto se tenía que repetir, que había tenido más orgasmos que con un consolador eléctrico. Dejé la tele y seguí acariciando su cuerpo. Era todo mío. El uno y el otro éramos un solo cuerpo, cuando de repente, se oyen las llaves…

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